En su obra maestra, «Viaje a las Regiones Equinocciales del Nuevo Continente», Alejandro De Humboldt expresó su asombro sobre la falta de interés de los venezolanos por explotar las salinas de Araya. Y es que, por décadas, la sal de ese impresionante lugar fue ‘la manzana de la discordia’ entre los extranjeros que se llevaban este valioso recurso.
¡Prepárate para conocer la historia que hay detrás de las Salinas de Araya en el estado Sucre!
Historia de las Salinas de Araya desde hace siglos atrás
Las Salinas de Araya es un lugar cuya historia está basada en la exploración, competencia extranjera y una fortaleza que desafió el tiempo.
A lo largo de los años, estas salinas han sido testigos de la explotación por parte de piratas holandeses y de un enorme potencial industrial poco explorado.
Las salinas de Araya fueron un tesoro descubierto por europeos en 1499, cuando Per Alonso Niño y Cristóbal Guerra exploraron está región oriental.
Durante mucho tiempo, los bucaneros de Holanda dominaron la explotación de la salina, mientras que los gobernadores de la Nueva Andalucía parecían no importarles. Sin embargo, en 1622, se dio inicio a la construcción de la Fortaleza de Araya, misma que se convertiría en la unidad militar más poderosa de su época.
Sal “para todas las Indias”
Diego Suárez de Amaya, gobernador de la provincia de Nueva Andalucía territorios (actuales estados Sucre, Monagas, Anzoátegui y la isla de Trinidad) en 1603, visitó y describió las salinas de Araya con gran entusiasmo.
Suárez de Amaya se impresionó con la abundancia y calidad de la sal, afirmando que, después de cargar 300 barcos, otros tantos regresarían al mes siguiente y encontrarían tanta sal como necesiten, como si nunca se hubiera tocado. Por otro lado, Antonio Barbudo, en 1574, dijo que la sal de Araya podría abastecer a «todas las Indias».
El dominio de Daniel de Mugerol y los holandeses
Es fascinante imaginar todo lo que se vivió en esta abundante fuente de sal y cómo pasó de ser un recurso ignorado por los gobernantes de la época, a una de las principales proveedoras de sal de la región.
Entre 1596 y 1605, Araya fue gobernada y explotada por Daniel de Mugerol y los holandeses. Mugerol, considerado un «Corsario flamenco» por don Luis de Fajardo, fue asesinado junto a otros.
Los holandeses, por su parte, invadieron Araya y se apoderaron de las salinas. Estos extranjeros se involucraron en la explotación ilegal de la sal, la cual era fundamental para su negocio de conservación y exportación de alimentos.
Sin embargo, en 1623, las fuerzas combinadas de Cumaná y la flota Real derrotaron a los holandeses en una intervención militar.
Ya en el siglo XIX, las salinas pasaron a manos de particulares (explotación privada) hasta que, en 1872, el general <b>Eusebio Acosta las entregó al Estado.
La iglesia actual de Araya se construyó en 1893, y en 1913, el militar y político venezolano Eleazar López Contreras asumió el cargo de Administrador de las salinas. Con el pasar de los años, el castillo de Araya fue declarado Monumento Histórico Nacional, específicamente en 1960.
La transición definitiva a la Administración Estatal
En 1968, el Ejecutivo Nacional decidió transferir la administración de las salinas del Ministerio de Hacienda al Instituto Venezolano de Petroquímica. Bajo este instituto fue creado la Empresa Nacional de Salinas C. A. (ENSAL) para encargarse de la explotación de todas las salinas de Venezuela.
En 1978, ENSAL pasó a ser propiedad del Fondo de Inversiones de Venezuela, y en la actualidad, las salinas son administradas directamente por el estado Sucre. Algo que, si hablamos del libro de Humboldt, al naturalista le hubiera gustado que sucediera desde su descubrimiento.
La producción de sal en Araya tiene un incalculable valor. Aunque la explotación de las salinas ha avanzado significativamente, todavía se encuentra en una etapa primaria respecto a como ocurre en otros países.
Y es que, la sal es una materia prima esencial para la industria de polímeros y toda la línea cloro-soda. Este es uno de los tantos recursos valiosos que posee Venezuela para tener una industria autosustentable.
Hoy en día, la laguna madre, la salina principal de Araya produce sal en cantidades industriales. No obstante, el complejo cuenta con varias lagunas artificiales construidas para aumentar la producción de sal. A medida que la producción de sal se desarrolla, más requiere la inversión en esta zona de Sucre.
Las lagunas que allí se encuentran tienen un característico color púrpura y a veces rosa que varía según la posición del sol y de la profundidad y el grosor de los paneles de sal. Esta característica convierte a las salinas en un atractivo para turistas y locales.
¿Quieres conocer las Salinas de Araya? Ubicación y cómo llegar
Las salinas de Araya se encuentran en la Península de Araya, cerca de la salida de ese pueblo hacia Manicuare, en el Municipio Cruz Salmerón Acosta.
Puedes llegar a esta península tanto por vía terrestre como marítima. Si decides ir por tierra, debes tomar la Trocal 09 (carretera Cumaná-Carúpano), cruzar en Cariaco y luego dirigirte hacia la carretera que lleva a Chacopata.
Por mar, hay opciones de transporte como los famosos «tapaítos» y otras embarcaciones que te llevan desde la ciudad de Cumaná a Manicuare, en tan solo 30 minutos. Desde Cumaná, también puedes tomar embarcaciones que te llevarán directamente a la población de Araya en aproximadamente 1 hora.